Capítulo
I: Traiciones
Carta 1ª: Infancia
¿Cuando
me dediqué mi primera traición?
Que difícil
responder, sin cerrar los ojos...
Quizá fue en aquella mi primera infancia,
cuando no conseguí que mi madre entendiera, porque no quería ir al colegio. La explicación era tan sencilla, que parecería
una excusa increíble, “no conseguía alinear
bien los puntitos en el cuaderno de caligrafía de 1º de EGB”. No se
permitían ni formas geométricas, ni dibujos, solo repetir y
repetir.
El acertado Diagnostico: “Es un niño encantador
pero “VAGO””, de aquel maravilloso colegio de infancia, era aplastante y aunque
fue el causante de un reguero incontable de vómitos en desayunos de uniforme, su
forma expeditiva pero eficaz de ponerle final, lo corroboro en poco tiempo.
"Aquella palabra me ha acompañado siempre"
Comprendí pronto que determinadas cosas son
tan difíciles de explicar que es mejor callarlas.
Probablemente aquella fuese mi primera traición, y sin yo todavía saberlo, el origen de todas las demás, que me he regalado en el tiempo.
Aprendí muy pronto que rendirme significaba
perder parte de mi mismo y aun así me he rendido muchas veces.
Próxima Traición: ¿Soledad o Esperanza?