En el libro del olvido, ese que escribimos un
poco tu y un poco yo, mirándonos al espejo, se condensan tantas horas de soledades
compartidas, tantas de sonrisas, de reflejos de lunas, se sienten tantos
abrazos y besos, tantas lagrimas…
Que se podría resumir en dos silabas o necesitar
varias vidas para volver a leerlo.
Solo nos habla, si le escuchamos con los ojos
cerrados sin mover los labios, recitándolo en voz alta por dentro, empuñando un
lápiz o una pluma al viento.
Es tan eterno, que escapó a todos los
principios, no reservó su espacio en el tiempo, se perdió buscando
desesperadamente algún recuerdo de cuando pudo ser y no fue, y burló a la
muerte.
El libro del olvido, pasa de mano en mano, de
vida en vida, de tierra en tierra, es siempre visible desde cualquier mar de la
cara oculta de la luna.
El libro del olvido es la memoria que perdemos
de cada día que vivimos, cada noche que nos vive, es lo que pudo ser y no fue,
es lo que es, si serlo.
Mañana buscare en una brisa, en el sonido del
caer de una hoja, en el trazo inseguro de millones de sílabas de esperanzas… en el reflejo de tu mirada… el rincón del cajón en el que he perdido la llave de sus siluetas, y...
Volveré a olvidar...
Dejaré de buscar un espejo, en la cara oculta
de la luna, seguiré contemplando la vida, sin saber describirla.
Esperaré la caída de mi última hoja, en este árbol
tan concurrido, envidiando siempre al viento.
Tu aliento.
El libro del olvido, tan lleno de historias, algunas se van diluyendo hasta desaparecer.
ResponderEliminarbuen poema