El amor emanó de la necesidad de compartir calor, de ese
desesperado intento de retenerlo como sea ante un frío intenso.
Nuestra capacidad de razón nos ha permitido en algunos casos
elegir entre calor frió y cuerpos cercanos, y en pocos de estos casos, llegar a
no descubrir nunca el amor.
Conozco el amor, respiro por sus sueños, abrazo sus
almohadas, espero sus caricias y besos, su tirar de la manga para emprender una
carrera loca, sus reflexiones simples llenas de imaginación y libres de
prejuicios, conozco el amor, conozco su mirada, sus silencios, sus gritos...
Conozco el amor, porque no me importa quemarme y no he
olvidado el frió.
Tu también lo reconoces, no te niegues el calor que
compartes.
Elige como mirar al fuego.
Hace falta más poesía de la tuya.
En el Mediterráneo y en el corazón de Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejate llevar por la generosidad en tus comentarios.
Ya que has llegado hasta aqui, desparrama tus palabras sin ningún complejo, ve más allá... de un "me gusta" o "un que bonito", utiliza la tinta de tus venas, regalame un millón de letras, o algún verso...cuentame una historia, envíame una carta dibujada...lo que quieras.
Pero sobre todo no te vayas, sin saludarme,
pensaría que soy un mal anfitrión.