Te veo, me hablas pero nunca te entiendo.
Te espero, todos los días a la misma hora,
para mirarte.
Para ver como te diriges a mí, solo a mí,
aunque no te entienda.
Me basta, con verte gesticular señalándome,
vocalizando palabras, que los dos sabemos,
que no puedo oír.
Yo te miro,
sigo con mis ojos tus gestos,
sin dejar de mirarte.
Ese momento que nos regala la estación,
Todos los días, a la misma hora.
Pensé en buscarte,
En contestar a tus gestos,
a tus palabras sordas.
Pero me dio miedo,
pensé que despertaría del sueño.
No me atreví a cambiar nada,
Para esperarte,
Todos los días a la misma hora.
Yo en mi vagón,
aplastado contra el cristal.
Y tú en el tuyo,
desapareciendo después de verme.
A mí,
Solo a mí,
Entre tanta gente,
Todos los días,
A la misma hora.
A ver.
ResponderEliminarSoy la que hace los gestos, al poeta este.
Lleva seis años con la bragueta bajada,
y no se ha dado cuenta, el tonto del culo.
Que sepas que mañana ya no te hago gestos.
Espabila coño, que ya tienes años.
Y súbete la bragueta antes de salir de casa.
!Seis años con la bragueta bajada¡
ResponderEliminarQue vergüenza...
!No vuelvo a montar en metro¡