A veces me
enamoro de alguien a quien nunca volveré a ver,
a veces
desde un tren,
otras de
cerca,
milímetros
de espacio robado al tiempo,
tormentas
dentro de un reloj de arena,
que simulan
cartas con sello en un buzón.
A veces,
pocas,
me enamoran
perfiles de sombras,
velas de
goletas navegando mares de la cara oculta de este satélite sin planeta,
tan lejos de
los brillantes rayos del sol.
A veces me regalo y nunca pido.
ResponderEliminarA veces me regalo y soy feliz.
A veces me regalo sin desliz.
A veces me regalo y me despido.
A veces pierdo las gafas
EliminarA veces escribo sin leer
A veces...
Gracias por tu rima, relococo.
¡Está claro que siempre hemos tenido necesidad de comunicar nuestros sentimientos! Me encanta esta poesía anónima. Hay otro texto no tiene desperdicio: "No puedes figurarte mi sufrir...."
ResponderEliminarHas captado el mensaje. No hemos cambiado tanto.
EliminarEn la imagen estamos visualizando el twitter de 1901.
Es desgarrador el mensaje al que haces referencia y al mismo tiempo genera una ternura de otro tiempo, ha conseguido un objetivo probablemente no buscado, que 114 años después alguien como tu y yo compartamos ese sufrimiento.
Me alegra que te guste mi humilde poema.
A veces me enamoro, yo también, de un instante, de un mar encerrado en tus ojos, o del remover del café...
ResponderEliminarDe el calor de ese café que nos robo, algo más que una pobre esquina o una ventana, que hace mucho tiempo, sin todavía saberlo, miraba al cielo.
EliminarA veces me soy, te eres, me sueño, te vibro, y nos esquivamos.
ResponderEliminarA veces como esta noche que retozarás en ella, no me existo.
O como en la madrugada que me supones en él, a veces, me enamoro de lo que fuimos.
A veces me creo que somos historias inconclusas e imperfectas.
Me sueño en lo que no eres, o en lo que soy.
A veces me creo que sí fuimos de lunas dispersas de duelos callados.
A veces, como hoy, me pregunto, porqué no me dan las palabras para alcanzarte
ni los silencios para gritarte,
ni la vida para hilvanarte.
A veces como hoy, te grito que te amo. Pero no, no te amo, no te conozco.
No me persigue el aroma de tus tiempos, ni me duele la piel en tu ausencia
ni me gime el olvido tu nombre.
Y a veces, como hoy, aún te amo. Pero no es así, porque no eres mío, ni de ella.
Porque tu viento es mentira, y tus raíces, cadenas. Y yo vuelo. Mis alas se alejan.
A veces, como hoy, aún te olvido. Gimiendo tu nombre en la espera de sombras.
Y a veces, simplemente, te extraño. Y es extraño aún saberte a mi lado, estando tan lejos...
A veces, solo a veces, te encuentro en lo que me deja la habitación de ese tiempo encerrado en versos de tu boca, que nunca compartiremos.
EliminarSolo a veces, tu vuelo me susurra al oído desde lejos, que esta tan cerca como para tocarme el alma.
Solo yo, a veces, dialogo con mi almohada, pensando en coserte a sus hilvanes, para tenerte siempre pegada a mis sueños.
Solo, algunas veces, cuando capeo tormentas en las dunas del reloj de arena que me contiene, después de la calma, te puedo echar de menos.
A veces me enamoro de unas alas libres al viento, a todos los vientos, que de vez en cuando, vuelven a verme, olvidándose en mirarme…
A veces, pocas solo, recitaría versos tan bellos, de pudor perdido, como los que nos quedan en el tintero por dedicarnos.
Nos enamoramos, solo a veces, tantas veces, que es muy difícil encontrarnos. Lo conseguimos solo a veces.
Y a veces, lo cuidamos.