"La Noche del Cazador"
en su propia voz.
Por la noche no me gustan los
ruidos, necesito concentración, estoy velando a los míos, arropándolos con mis
letras.
Acudo corriendo cuando noto que
me necesitan, ya sea para espantar pesadillas, para tranquilizar nervios,
apagar una luz, ahuecar una almohada, escuchar, el apretarse del tacto de una caricia regalada...
Estoy atento para compartir una
imagen imposible de la luna, desde una ventana, que mira al cielo de noche y de
día, intentando recordar el brillo de los reflejos de memoria, que deja el abrazo de un beso, mes a mes, año a año.
Por la noche, me acuesto cuando
tengo la seguridad de que los míos van a dormir bien, y el despertar de mi
conciencia también.
Pero no lo consigo nunca, la aparto como si
fuese un ruido.