Soy leyenda


Estoy muerto, como aquel poeta sin palabras, que luchaba contra el tiempo impuesto.
Soy la ecografía de la historia de un futuro fracaso que se ha hecho presente.

No tengo claro el sentido de mi nacimiento, se me escapa en versos olvidados,
ni si mi legado de vida va a ser un recuerdo lejano o la base de un cambio evolutivo.

Pero que más da, si solo somos un momento curvo, una reflexión de luz cotidiana,
¿Quien va a vernos en un espejo?
¡¡Cuando ya no estemos!!

Cuando la luz no pueda tocarnos...

Estoy muerto desde hace tanto tiempo, que no sé para qué,
se me permite el privilegio de guiar nuevas vidas,
con las manos atadas a la espalda,
entre palabras prohibidas.

¡¡Estoy muerto en vida!!

 Dios, Ala, Belcebu, Yahve, Lucifer y demás seres divinos y mitológinos...

Cuando vengáis a reclamar mi alma,
debéis saber que soy un hereje de otoño casi muerto,
que se defenderá con versos,
aunque se quede sin palabras.
por toda la eternidad.
de vuestra ignorancia.

No os convengo.

Dejadme aquí con mi  espejo.

Para que como aquel poeta muerto siga buscando orejas para palabras.

Sin conseguirlo.

22 mayo 2018

Aunque parezca mentira la gente sigue muriendo indefensa, en guerras, epidemias y de hambre.

Me quedo sin palabras...

Feria Medievatemporal



Con su campana llamaba tanto la atención, que no eran pocos ni pocas las que le seguían hasta la tienda en la que su amo vendía palabras numeradas.

Se movía con desparpajo por todas partes voceando:

¡¡¡Memoria!!!
¡¡¡Vendo Memoria!!!
Escribo tus recuerdos contigo,
mientras olvido los míos.
!!!Compro palabras¡¡¡
Dedicadas

Pero solo era solo un personaje.
Hambre.
De recuerdos.
De una época sin ratas humanas.

Mayo 2018 siguen las guerras.
.

Club de las cartas



Las escaleras son una de las diez ideas perfectas de la evolución humana, nos marcan objetivos y rumbos de arriba abajo, el sonido de la respiración de cada uno de sus peldaños, el asidero ayuda para forzar al cuerpo a seguir subiendo o bajando hasta llegar a la cima.

En las escaleras de Monmartre mirando contigo desde arriba, sería farola para alumbrarte.

Esta vez no veo ningún mecanismo de autoperdón para que mi respuesta no la recogas del buzón.

Pero no es una promesa... no cumplo ninguna.