Lentas lentes




A veces, no siempre.

Estrujar tanto las palabras que te dedico,
me da miedo.

Siento, no siempre, solo a veces,
que por vanidad te rodeo,
para que ya confundida te fijes en mi.
Una vez más.

No siempre, pero a veces.
Una ventana en la soledad que te comparto,
me deja con la esperanza,
de volver a ver el brillo de tus ojos libres.

De ningún nunca.

A veces te espero y a veces, no siempre, te desespero.

Sueño y duermo.
Y a veces, no siempre,
me rodean tus palabras.

Cerebro, corazón y tiempo. Oportunos e Inoportunos. (Relato incompleto abierto a colaboraciones)

 


Tengo un cerebro de memoria consciente, con acceso libre en cualquier momento y tengo otro cerebro inconsciente, involuntario, desordenado, que se apodera de mi de cuando en cuando en momentos oportunos e inoportunos.

Tengo un corazón físico con memoria, se altera mucho antes de que suceda nada y tengo otro corazón calmado que se deleita en recordar ajustando latidos. Ninguno de los dos me ha ocultado nunca el dolor de pecho.

Se que en estos días la combinación de corazón y cerebro no está muy de moda, nos movemos en base a combinaciones simples y múltiples en las que otros órganos suelen ser los predominantes.

Por mi parte durante el día intento no hacer mucho caso a otros órganos, y mis dueños son mi cerebro consciente y mi corazón físico.

(Describir otras múltiples combinaciones)

(-Cerebro inconsciente con estómago y genitales-) (Cita)

(-Corazón físico con pulmones y genitales-).(Grito Patriótico)

(-Hígado, Cerebro consciente y Muerte-).(Guerra)

La inoportunidad de la coincidencia de mi cerebro inconsciente y mi corazón calmado, mantiene mi esperanza en disfrutar momentos que me hacen desear seguir viviendo.

Su escasez será el signo que marque el final de mi tiempo.


Prosetica (viernes 30 de noviembre de 2012)

 Motivación (para leer en voz alta)



Conservo páginas sueltas del libro de horas de un ángel caído,
de cuando mi alma no estaba surcada por cicatrices.
 
Y sin embargo en soledad a veces,
mi memoria reabre alguna herida,
que intento apartar de mí,
para que no haga llaga.
 
Los mapas de mis tiempos,
se confunden con demoras,
con rumbos de derrotas.
 
Y aun así...
cuando miro hacia atrás,
veo más puentes que fronteras en mis pasos.
 
Me ha sonreído la fortuna...
la luna, el firmamento, mi almohada...
han puesto el destino en mis manos,
me han regalado años de vidas compartidas,
de momentos...
y he aprendido a vivirlos,
más que a recordarlos.
 
Conservo solo páginas sueltas de mi vida,
y me reconozco en un ángel caído.

(Publicado en 2012 además de en le blog de Prosetica en el portal Poesia Alcanza para todos)