Milímetros entre cuatro labios.


Todas mis promesas son falsas, moriré antes de cumplirlas, pero peleare con uñas y dientes, por el tiempo que me regalas.
Enamorarse es abrazar dudas en preguntas y respuestas, sin dioses a los que encomendarse.
Mi desorden se disfraza siempre de olvido, nuestras letras muchas o pocas, siempre serán recuerdos.
Todas las manos hablan, cada una a su manera otean el infinito… cuando somos capaces de escuchar su idioma.
Desparramemos letras sin sentido, prosas, grandes estudios, poemas, todos de lejos, todos con precio regalado, sin esperar su tiempo.
Erase una vez, un lápiz empuñado por una mano sin nombre, empeñados en construir otros tiempos, por amores.
Miradas marcadas, ríos de arrugas, lagos de cicatrices, mares sin fronteras, océanos incapaces de contener un sentimiento.
La felicidad solo nace, cuando deja de ser infinita. Necesito quererte también mañana.
Cruel destino que no admite riendas, que nos acerca tanto como nos aleja, de ti y de mí, con el pasar de los años.
La vida nos llega desde cualquier sitio, desde ojos sordos con oídos ciegos, dibuja tatuajes en nuestro espejo.
A veces es verso.
Verbo en el desorden de una frágil memoria que nos roba lágrimas y sonrisas sinceras.

La vida…
A veces es… un beso.
Una voz, un abrazo.

El recuerdo de la caricia de una promesa, que se nos llevo el tiempo.





"Solo Legamos Sueños de Evolución"

Se debatía entre perder todo o conservar sueños,
se abrazaba por dentro, temblándose de miedo,
recordando reflejos lejanos de hambre.

Su sangre había perdido el color por el camino,
adormecía, empeñada en conservar el tiempo,
embalsamando sus sentidos.

El pedestal de su almohada, se tambaleaba,
expatriados,  náufragos muertos del mundo,
se  acercaban a sus noches, peligrosamente.

Se aferraba a estelas de regazos de lunas,
a raíces de sustentos cultivados,
ciego en la rabia de sus abrazos perdidos.

De  rodillas, suplicándose un despertar diferente,
retaba a su incierto destino, insultándose entre dientes,
engañado por un reflejo.

No podía decidir sólo en la derrota,
lo había compartido todo por una causa,
de terciopelos en firmamentos alumbrados.

Soñó su última pesadilla.
Despertar con precio puesto a su destino 

Despacio, un día más, se refugió en la duda.


La realidad le esperaba, como siempre.
A solas.