Releyendo, escribo.

Me gusta la pasión y me gustan los anhelos. He arrugado y sudado muchas camisetas. He estado al pie de la sangre. He compartido, sudor, piel, cicatrices y lagrimas. Y sonrisas… y miradas… y caricias… Y besos… No me importa añorarme, ni que la piel se me arrugue, mientras comparta sueños.

A veces, "Os hecho de menos"

He vivido tantas vidas, que he intentado no conservar voces de mi pasado, que me recuerden todos mis errores, he buscado estar solo, y me he obligado a compartir mi soledad.

Siempre con miedo, miedo a que descubriesen que soy un impostor, que solo pienso en mí, que a todos los que he querido y he perdido, no los quería, que no los quiero.
No he sabido cultivar la amistad, buscaba hermanos, padres, familia…me equivocaba.

La familia tenía que empezar en mí

Hoy creo que algunos de los que he perdido, todavía me quieren.
Y también creo que he aprendido a compartirlo todo.
Día a día.
Con mi familia.
Incluso mi soledad.

Gracias Juan y Tomas, por tenerme cariño, después de tantos años.

Donde estarás Pilu?
Igual puedes leer esto, desde ahí.
Pero no me digas, que el domingo tenemos partido... todavía.

Demasiada vida, esperando.




Sentada espero,
que me venga la vida.

Llevo tanto tiempo esperando,
que ya no puedo levantarme.

Ya no espero...nada...

Me quedo sin voz.

Me quedo sin voz,
el miedo me atenaza.

La voy perdiendo dentro de mi,
se me escapa.

Me veo en el espejo,
no me recuerdo.

Mi voz ha cambiado.
Mucho.

Tanto,
que a veces no te oigo.

Se que todavía no estoy sordo,
pero me aterra el momento.

De quedarme sin voz,
de dejarte sin mi voz.

De no oírme.

Necesito más de una respuesta.

¿Para que escribir?

¿Para activar mi memoria?
¿Para llegar a la memoria de los demás?
¿Para aprender a envejecer?
¿Para que me recuerden?
¿Para saber quien soy?

¿A quien le importa?
¿Me importa a mí?

¿Para que escribir?
¿Escribir, para que?
¿Qué escribir?
¿Escribir?
¿Para que?

¿Para quién?

¿Para ti?
¿Para mí?

El Quinto Jinete

Me persigue desde que tengo uso de razón,
desde que la razón me permite recordar.
Le oigo detrás de mi, noto su aliento, su presencia.
Me empuja siempre hacia delante,
intenta obligarme a no mirar atrás.
No me da descanso, ni siquiera,
cuando creo que he perdido la razón.
Me tortura cuando intento evitarle.
Siempre me recuerda la razón de su presencia,
de su aliento, de su empuje, de su persecución.
Está detrás de mí, siempre,
esperando mi próximo paso equivocado,
para recordármelo,
con su reloj,
que mide el tiempo de mi vida.
es parte de mi yo.

A veces, solo algunas veces,
consigo escaparme,
olvidarme.

Soy el domador del quinto jinete.
Del único jinete.
Lo conozco.

Todos los días, a la misma hora.

Te veo, me hablas pero nunca te entiendo.
Te espero, todos los días a la misma hora,
para mirarte.
Para ver como te diriges a mí, solo a mí,
aunque no te entienda.

Me basta, con verte gesticular señalándome,
vocalizando palabras, que los dos sabemos,
que no puedo oír.

Yo te miro,
sigo con mis ojos tus gestos,
sin dejar de mirarte.
Ese momento que nos regala la estación,
Todos los días, a la misma hora.

Pensé en buscarte,
En contestar a tus gestos,
a tus palabras sordas.
Pero me dio miedo,
pensé que despertaría del sueño.
No me atreví a cambiar nada,
Para esperarte,
Todos los días a la misma hora.

Yo en mi vagón,
aplastado contra el cristal.
Y tú en el tuyo,
desapareciendo después de verme.

A mí,
Solo a mí,
Entre tanta gente,
Todos los días,
A la misma hora.

Gracias, muchas gracias.

Me siento ante el papel,
pero hoy, no puedo escribir.
Solo pensar.
Imaginar…

Imaginar que mis palabras se escriben solas.

Que son de colores,
que se pueden tocar,
que se paladean,
que se escuchan,
que huelen a mí.

Que se organizan,
con acentos, puntos y comas.

Que escriben por mí.
Que están vivas,
Que me quieren,
Que esperan a mañana.

Solo por mí.

Gracias, palabras.

Civilización

Tierras de corbatas obscenas,
maestros de ojos cerrados,
mares de cartas sin abrir,
respuestas en cajones sellados,
vientos de letras punzantes,
idiomas de vida perdidos,
fuegos de vientres helados,

Pieles de rostros, tiradas por todas partes,
enterradas, ahogadas, desgarradas, quemadas.

Olvidadas.

Eternidad muerta…
Con la pluma de dios.
Con la tinta del hombre.

No en mi nombre.

Solo aquí.

Estoy desperdiciando papel.
Mis letras, no merecen su tinta.
Me he perdido.
No se como seguir.

No veo miradas,
no escucho nada,
lo que toco se desvanece,
paladeo aire,
no distingo ningún olor.

Me faltan la palabras.

Por primera vez.

A mí.

Solo aquí.