El Libro del Olvido


El libro del Olvido De esta Época.
Catalogada como nueva era, llena de paradigmas, de desconcierto, incertidumbre, contradicciones y casualidades...

El libro del Olvido Merece que.
La historia lo recuerde como una epopeya religiosa, que marque el comienzo del tiempo de los hombres sin dioses, de todas las mujeres y sus hijos, de todas sus hijas, en cualquier lugar del planeta.

El libro del Olvido Merece marcar.
El tiempo de la diosa tierra recitada en un nuevo lenguaje que entienda todo el mundo que cobija, una evolución de la vida, consciente de su destino, consecuente con su naturaleza, sabia como en su inicio.

El Libro del Olvido Merece ser.
Un gran libro de poemas, leídos y escritos, de ojos abiertos y ojos cerrados.

El Libro del Olvido Merece más.
Que el quijote y la biblia juntos, más que cualquier historia sobre héroes o profetas, titanes o musas, merece mucho más de un millon de versos, mucho más que un puñado de almas muertas.

El Libro del Olvido Merece llegar.
A ser contado de generación en generación,
El tiempo pondrá en su sitio las ilustraciones que lo adornen, la musica que lo acompañe.

El Libro del Olvido y sus poemas recitados
Un gran título...
Llenémoslo de puño y letras,
de prosas de voz finita...
para que perdure en el tiempo,
lo que dura un recuerdo.

Titulo olvidado



 
En el libro del olvido, ese que escribimos un poco tu y un poco yo, mirándonos al espejo, se condensan tantas horas de soledades compartidas, tantas de sonrisas, de reflejos de lunas, se sienten tantos abrazos y besos, tantas lagrimas…
Que se podría resumir en dos silabas o necesitar varias vidas para volver a leerlo.
Solo nos habla, si le escuchamos con los ojos cerrados sin mover los labios, recitándolo en voz alta por dentro, empuñando un lápiz o una pluma al viento.
Es tan eterno, que escapó a todos los principios, no reservó su espacio en el tiempo, se perdió buscando desesperadamente algún recuerdo de cuando pudo ser y no fue, y burló a la muerte.
El libro del olvido, pasa de mano en mano, de vida en vida, de tierra en tierra, es siempre visible desde cualquier mar de la cara oculta de la luna.
El libro del olvido es la memoria que perdemos de cada día que vivimos, cada noche que nos vive, es lo que pudo ser y no fue, es lo que es, si serlo.
Mañana buscare en una brisa, en el sonido del caer de una hoja, en el trazo inseguro de millones de sílabas de esperanzas… en el reflejo de tu mirada… el rincón del cajón en el que he perdido la llave de sus siluetas, y...
Volveré a olvidar...
Dejaré de buscar un espejo, en la cara oculta de la luna, seguiré contemplando la vida, sin saber describirla.
Esperaré la caída de mi última hoja, en este árbol tan concurrido, envidiando siempre al viento.
Tu aliento.

Y aun así, sigo robando tiempo desordenado para escribirme de vez en cuando.

Es evidente la democratización que ha conllevado la extension de las redes sociales a todos los niveles, pero sobre todo en ese enorme espacio que se ha colado en las cocinas de nuestra casa, en nuestros sofas, incluso en los dormitorios más reticentes, en esas redes de peces desconocidos que se llama Internet. Las herramientas, las ofertas irresistibles que pone a nuestra disposición, nos parecen casi ilimitadas, pero... cuando tenemos algo que decir sobre esto o aquello, seguimos igual o peor  que antes, o no nos hace caso nadie o tenemos que sacrificar el motivo de la idea que queríamos contar para que se difunda, antes por lo menos no nos enfadabamos cuando nadie nos hacía caso.
 
Voy a poner un ejemplo muy sencillo,.
Como publicar un libro ganando dinero.
 
La pseudodemocratización de la publicación de contenidos nos ha llevado a pensar que un libro se debe publicar cuando:
 
Se consiguen alrededor de, (no son necesasios más de),  30 o 35 amigos, seguidores o contactos... de relación diaria estable, fiel, (comentario, respuesta, mención, me gusta, etc...), 150 o más, con relación semanal, otros 300 más con relación solo mensual, cuando la organización del número de seguidores, obliga a plazos mayores, bimensual, trimestral, etc.. ya hay que ir pensando en cobrar, puede ser que la gente ya esté dispuesta a pagar por leer el resto.
 
Desde mi punto de vista un libro de 700 páginas exhibidas en la red de tres en tres, debería pensar en cobrar por el resto, en el plazo de unos tres meses, si es de dos en dos paginas se gana algo de tiempo, podríamos llegar a los seis meses, pero hay que aumentar el numero de relaciones personales en todas las redes.
 
El libro se puede preparar previamente, en un retiro alejado de todo, de un mínimo de dos años, el número de páginas deseable ronda las 700, alguna página más, nos daría algo más de tiempo. También se puede ir escribiendo página a página, lo que nos llevaría a aumentar el número total de páginas de la publicación, y el número de relaciones necesarias de forma exponencial.
 
Un consejo:
Cuando leas un libro que acabas de comprar, piensa en como ha llegado a tus manos, algo que alguien ha escrito para que tu lo leas, incluso si el libro es tuyo, y lo más importante, si has pagado por el, o si has ganado tiempo, para segiuir escribiendo.
 
Internet es tiempo, el tiempo es lo único que tenemos, si dejamos que nos lo robe, tenemos que conseguir que nos pague a todos, por alimentar al mayor ladrón de tiempo de la historia.
 
Una huelga total de internet de 24 horas, sería un inicio, o solo un pico en una estadistica, esa es la pregunta, de las voces sin voz que empujan desde la historia.
 
Se me olvidaba, puedes publicar cualquier cosa y ganar pasta, si conoces a alguien en la SGAE, o en sus aledaños.
 
Tienes un manuscrito y lo quieres vender, piensa que hay que tener mucha fé en un escritor como para trabajar para él y pensar en cobrar un sueldo alguna vez, incluso si el autor eres tu mismo.
 
Y aun así....
 
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Memorias de un zurdiestro




Hoy, después de tantos años:

¡Estoy de Enhorabuena!

¡He recuperado parte de mi letra!

Y digo bien, solo parte de mi letra,
la de la mano derecha.

Porque mi caligrafía, como se puede comprobar,
en la foto, es irrecuperable.

No la perdí como ahora,
escribiendo letra a letra, dedo a dedo,
fue hace mucho más tiempo, en la década de los sesenta.

Entonces no solo se perseguían las ideologías,
sino cualquier posible desviación,
algunas tan absurdas, como ser zurdo.

Nací zurdo, recuerdo que en las páginas de los puntitos,
aquellas que precedieron a las de las letras,
con mi mano izquierda, conseguía alinearlos,
con la derecha las rectas me salían curvas.

Pero me obligaban a coger el lápiz con la derecha.

Podría decir que la culpa fue de mi Padre,
que me enseño a escribir dejándome elegir mano,
antes de ir al colegio, que era un adelantado,
que intentaba escribir letras con la izquierda,
y me obligaban a poner tan solo puntos con la derecha.

Pero no fue así.

Mi padre era marino, y casi no le conocí.
Podría haber sido mi Madre,
pero no tenía la cultura suficiente,
como para enseñarme a escribir.

La culpa en realidad fue mía, por soportar,
las bofetadas que aun recuerdo,
para que cogiera el lápiz con la mano derecha.

Aun así, fui un privilegiado, tuve dos años de párvulos,
y uno de preparatorio para entrar en el colegio.
Fui a un “Colegio de Primera Infancia”,
se llamaba “El Divino Infante”,
estaba enfrente de Jesuitas.
Recuerdo las botellitas de leche, en una cesta,
que traía el portero, a media mañana,
no me acuerdo de su nombre.

Este templo de los infantes, por su cercanía, casi prometía,
el acceso directo de los niños a los jesuitas,
las niñas, iban a otros colegios.

Y digo que fui un privilegiado,
porque en aquella época, no todo el mundo podía pagar,
para que te cambiasen, de zurdo a diestro,
antes de entrar al colegio.

Desde tercero de básica hasta Cou, lo pase en Jesuitas,
ya como falso diestro.
Lo recuerdo como la época más feliz de mi vida…
Jugaba a futbol, me encantaba,
de pierna era diestro, algo muy raro,
siendo antiguo zurdo de mano.

En jesuitas, con once años, repetí sexto de básica,
a mi amigo le echaron del colegio,
Él no jugaba a futbol.

Me pase casi todos los años castigado o suspendido,
salvo alguna excepción, geografía o historia,
según quien fuese el profesor.

Pasé también muchas horas en la iglesia.
No se como aprobé, como salí del colegio.

Volví a ser un privilegiado, fui a la universidad,
pero no me enteraba de nada,
no podía coger apuntes a esa velocidad.

En aquella época, todavía intentaba conservar mi caligrafía.
El teclado y el ratón hicieron el resto
incluso con la ortografía.

Deje de intentar de escribir,
aquellas maravillosas letras de los cuadernos de caligrafía
me era imposible con la diestra.
Adopte la letra de imprenta,

Y me diréis: ¿Por qué no escribes con la Zurda ahora?

Lo siento, pero ya no puedo, la zurda la tengo tonta,
pudieron más las bofetadas y el futbol,
que la lectura y la escritura,
durante demasiado tiempo…

Pero hoy, os puedo decir, que estoy de Enhorabuena.
Hoy se que soy Ramón, algo más que un zurdo,
que escribe con la diestra.

Gracias a esta ocurrencia, hoy...
He recuperado en este espacio,
parte de mi letra,
he perdido la vergüenza,

de escribir para que alguien lo lea.


Letras pagadas con sueños sin nombre.

 
(La lógica es rehén de la opinión cuando la educación no es suficiente.)
 
Puedo  defender la lógica de quien me pague, de quien compre mis letras, incluso en contra de mi educación, cualquier cosa por seguir opinando.
 
(Por encima de la lógica y la educación, de mi propia opinión… emergen los sueños.)
 
Mi sueño es ganarme la vida entre letras, pero mis personajes me siguen escribiendo, se empeñan en desviarme del deber que me imponen mi lógica y mi educación, no consigo matarlos.
 
(La libertad se sustenta en quien opina basándose en su educación y su lógica.)
 
"A estas alturas…
Quien es Ramón?
Alguien fiel a sus letras?
Es fiel a los personajes que intenta matar?
Es leal en todo lo que escribe?
En lo que recita?
 
A estas alturas de la vida…
Sabe Ramón Quien es?"
 
Casi olvidada mi educación presa del esfuerzo de tener opinión, me exijo todos los días alimentar sueños. Estoy dispuesto si hace falta, a cambiar de nombre, con tal de reflejar en un texto con educación, la lógica de una opinión.
 
"A estas alturas del olvido?
Qué más da un nombre perdido,
en el sueño educado de una opinión ilógica."
 
Que nos liberen ya de la eternidad, que se apiaden de quien escribe su testamento todos los días, su legado, aunque sepa que nadie pagara por leerlo esperando que al menos cuando ya no este, alguien quiera conocer el secreto de su libertad.
 
(Soñar que te recuerden te empuja a coger un lápiz, y escribirles lo que el día no te dejado contarles.)
(Tan solo me queda dejar sin voz  mi nombre, todo lo que escribo está en venta por un recuerdo.)