Mis letras, se apagan perezosas,
como despues de un cielo en llamas,
se ponen solo en negro,
pierden la sonrisa,
de cientos de miles de lunas,
que escuchan aguas,
que bajan arrebatadas,
como instrumentos afilados,
que cortan los recuerdos.

Mis letras languidecen,
perdidas en el mar,
en mareas, en estrellas,
se pieden en rojo,
en muchos labios,
en sentir lo exacto,
se enredan inquietas,
olvidan.

Mis letras, se escapan,
entre tierras que se descubren fecundas,
vivas, eternas, entre corolarios viejos,
escondidos, enfermos, espesos, sin alma.

Mis letras, no tocan cielo,
no impulsan sueños,
pierden sus alas,
se confunden en rastros gruesos.

Mi letras, se dejan morir,
si no acarician tierra profunda,
con llagas, ríos ciegos, cuevas verdes.

Mis letras no dan más de si,
en mis sueños de mi octubre,
esperan versos con versos.

Si no, perezosas cambiaran de mes, de estación,
volverán a ser solo tinta.
una vez más.

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