Milímetros entre cuatro labios.


Todas mis promesas son falsas, moriré antes de cumplirlas, pero peleare con uñas y dientes, por el tiempo que me regalas.
Enamorarse es abrazar dudas en preguntas y respuestas, sin dioses a los que encomendarse.
Mi desorden se disfraza siempre de olvido, nuestras letras muchas o pocas, siempre serán recuerdos.
Todas las manos hablan, cada una a su manera otean el infinito… cuando somos capaces de escuchar su idioma.
Desparramemos letras sin sentido, prosas, grandes estudios, poemas, todos de lejos, todos con precio regalado, sin esperar su tiempo.
Erase una vez, un lápiz empuñado por una mano sin nombre, empeñados en construir otros tiempos, por amores.
Miradas marcadas, ríos de arrugas, lagos de cicatrices, mares sin fronteras, océanos incapaces de contener un sentimiento.
La felicidad solo nace, cuando deja de ser infinita. Necesito quererte también mañana.
Cruel destino que no admite riendas, que nos acerca tanto como nos aleja, de ti y de mí, con el pasar de los años.
La vida nos llega desde cualquier sitio, desde ojos sordos con oídos ciegos, dibuja tatuajes en nuestro espejo.
A veces es verso.
Verbo en el desorden de una frágil memoria que nos roba lágrimas y sonrisas sinceras.

La vida…
A veces es… un beso.
Una voz, un abrazo.

El recuerdo de la caricia de una promesa, que se nos llevo el tiempo.





1 comentario:

  1. Milímetros que llevan consigo una promesa de mañana, de seguir viéndonos con el deseo ardiente prendido en la punta de los dedos. Los mismos que acarician el recuerdo de una tarde de verano, con palabras mágicas y miradas llenas de calor. Pese a la distancia seguimos siendo uno; pese al silencio acumulado, nuestras manos tejen a lápiz todo un mundo que habitamos a poco que nos paramos a cerrar los ojos y respirar. Entre fuentes de esmeraldas.
    Toda una declaración de intenciones por tu parte escoger esas imágenes de nosotros dos que tan importante –y lo sabes- son para mí. Ojalá nuestros equilibrios suicidas nos llevaran a más tardes juntos.

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Dejate llevar por la generosidad en tus comentarios.
Ya que has llegado hasta aqui, desparrama tus palabras sin ningún complejo, ve más allá... de un "me gusta" o "un que bonito", utiliza la tinta de tus venas, regalame un millón de letras, o algún verso...cuentame una historia, envíame una carta dibujada...lo que quieras.
Pero sobre todo no te vayas, sin saludarme,
pensaría que soy un mal anfitrión.