Ama



Estuve con ella dos horas,
dos horas mirando como boqueamos ya muertos,
aferrándonos a la vida cuando ya no tiene sentido.
No pude soportarlo más.

Le solté la mano.
La deje morir sola.

Ella lo sabía hace tiempo.
Y aun así, esperaba siempre..., esas veces.

Murió cuando salí de allí.



4 comentarios:

  1. Que triste esta entrada.

    Sin palabras.

    Besos.

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  2. Esperar.
    El único aliciente que sobrevive al derrumbe de años.

    Esperar.
    Una ofrenda, un tiempo, una mirada de abrazo.

    Esperar.
    Que todo llegue.
    Que todo dure eternamente.
    Que todo permanezca.
    Que todo se repita cuanto antes.

    Esperar.
    Esperar que el otro también espere lo mismo que nosotros.
    Que el ansia le habite, que le empuje al regreso, y que vuelvan a cuadrarse los astros.

    Esperar la luz, las sombras, los miedos.
    Y, entre ellos, la bendición de un instante a solas, cogidos de la mano: transmisión de testigo.

    Esperar.
    Esperar por el que más amamos.
    Esperar por seguir vivo a su vuelta.
    Esperar.
    Y esperar.

    Hasta el final.

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    Respuestas
    1. Mi madre vivió esperando algo que no le llegó nunca, y murió esperando que llegará.

      Pero yo no podía dárselo.
      Ella siempre pensó en si misma como una niña.

      Le debo todo, nadie le quiso tanto como yo.

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  3. Es una de las esperas más difíciles.

    Mil besitos, g.

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