El Quinto Jinete

Me persigue desde que tengo uso de razón,
desde que la razón me permite recordar.
Le oigo detrás de mi, noto su aliento, su presencia.
Me empuja siempre hacia delante,
intenta obligarme a no mirar atrás.
No me da descanso, ni siquiera,
cuando creo que he perdido la razón.
Me tortura cuando intento evitarle.
Siempre me recuerda la razón de su presencia,
de su aliento, de su empuje, de su persecución.
Está detrás de mí, siempre,
esperando mi próximo paso equivocado,
para recordármelo,
con su reloj,
que mide el tiempo de mi vida.
es parte de mi yo.

A veces, solo algunas veces,
consigo escaparme,
olvidarme.

Soy el domador del quinto jinete.
Del único jinete.
Lo conozco.

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