El cielo es un reflejo de miradas cercanas.


En los cielos al principio no se veía nada,
tan solo el reflejo de tus ojos,
de cerca y de lejos,
de noche y de día.


[Quizá mi oficio ya extinguido, sea regalador de sueños, siempre cercanos.]

3 comentarios:

  1. No recuerdo de qué cielo negro me he desprendido. No digo que vaya a ser estrella rutilante pero ansío mi impulso irrefrenable, aquel que haga explotar el gas condensado, para que mi voz vuelva a dibujarse en tinta.
    Seguro que tú y yo, estrellas ambos, podríamos coincidir en alguna rotación perdida y crearnos nuestro propio sistema rutilante. No lo descartes. He visto ese sueño en mi cielo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que grande es el cielo desde aquel primer impulso de tiempo.
      De nosotros quedaran reflejos y algo de esperanza,
      de color verde esmeralda.
      Recuerdos de lunas, mares, estrellas y tierras imposibles, soñadas,
      compartidas en cuatro letras, a tintas y vientos de una bufanda.
      Somos sombras, cuando no nos vemos en nuestro espejo.
      Seremos solo siluetas si nos perdemos.

      Quiero ver tu sueño en mi cielo.

      Si me necesitas para lo que sea, cuando sea, aquí me tienes.

      Eliminar
  2. No sé donde nació un tu y yo, ni porque, pero si sé, que has aterrizado en mi planeta, hemos compartido un mirar de estrellas en el mismo cielo, desde orion hasta neptuno.

    Aferrados a las mismas raíces hemos cabalgado a la grupo de una coma, buceado entre pescadoras de perlas japonesas, hemos intercambiado felicidad y dolor profundo, hemos sido copos de nieve...

    Somos un estallido retenido,
    somos si queremos serlo,
    ese impulso irrefrenable,
    guardián de la rotación de un reloj de arena.

    Está en nuestras manos.

    Yo me conformo con soñar, que me lees y me escribes de vez en cuando.

    En el cielo, si miras bien se ven todos los sueños.

    Tan solo hay que cerrar los ojos,

    Hasta mañana.

    ResponderEliminar

Dejate llevar por la generosidad en tus comentarios.
Ya que has llegado hasta aqui, desparrama tus palabras sin ningún complejo, ve más allá... de un "me gusta" o "un que bonito", utiliza la tinta de tus venas, regalame un millón de letras, o algún verso...cuentame una historia, envíame una carta dibujada...lo que quieras.
Pero sobre todo no te vayas, sin saludarme,
pensaría que soy un mal anfitrión.