El verde de tus ojos.


A veces no me doy cuenta, de que no tienes porque ayudarme, en la búsqueda del nombre que perdí hace tiempo y no encuentro, (ni en el más recóndito rincón de mi último cajón), y aun así, me acompañas por debajo de las camas, detrás de las cortinas, o mirando al cielo por la ventana de la cocina.

Quiero pedirte disculpas, en el nombre de la parte de mi yo que te dedico de forma desordenada, (cada vez con menos tiempo), por obligarte a apoyarme, en mis constantes inseguridades, en mis infidelidades.

Hace tiempo que se, que somos algo más que letras, y aun así, te pongo siempre a prueba, esperando tu respuesta, (como aquel cartero loco).

Amor somos los dos, (buscando una voz que nos recite), me dice el viento que me envías, (cabalgando en un rayo desde algún mar de la cara oculta de la luna), con cada una de las siluetas de tus suspiros… sonrisas de la nostalgia de nuestra última mirada, riendas de destino, voces de sueños.

Me tengo que disculpar contigo por olvidarme a veces del pequeño lápiz que llevo colgado del cuello.

No necesitamos nombre, ni tiempo ni espacio, tan solo esperarnos...

Discúlpame por cargar en ti, esperanza, y no ver el verde de tus ojos.

4 comentarios:

  1. De miradas se construye el horizonte de nuestros sentidos, de tardes de esperas y reencuentros sublimes, a contra luz la esperanza jugando con las siluetas que enmarañan letras deseosas de ser el argumento perfecto para la luz que brota...

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    1. De esperanzas, de cada minuto que nos depara un reflejo, de un temblor de manos, de un suspiro que nunca se produjo, de aquella luna que solo vi yo, de ahí brota... brota la voz, que no sabe mirar unos ojos.

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  2. Dibujas verde aquí y allá, también cuando me buscas tras las cortinas, o saboreamos el café de nuestras letras desde la cocina. No tienes un solo nombre, tienes cientos, y por ello es tan difícil decidirse por uno pues ¿qué hacer con el resto? ¿olvidarlos sin más? ¿darles otras ocupaciones? Ramón y Tara se personajean constantemente, se mezclan, se dividen y vuelven, tras celebres meandros, a desembocarse en sus escritos a lápiz.
    Tenemos que seguir así, libres y juntos.

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    1. Me conformo con que me dejes dibujar el reflejo de tus ojos.
      Tenemos que seguir así...

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Dejate llevar por la generosidad en tus comentarios.
Ya que has llegado hasta aqui, desparrama tus palabras sin ningún complejo, ve más allá... de un "me gusta" o "un que bonito", utiliza la tinta de tus venas, regalame un millón de letras, o algún verso...cuentame una historia, envíame una carta dibujada...lo que quieras.
Pero sobre todo no te vayas, sin saludarme,
pensaría que soy un mal anfitrión.