-Año 2020- Las moscas duermen, yo no.

 

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Cada año hay más moscas, se están empezando a convertir en una plaga. Este año de pandemia ha sido terrible. Por primera vez han llegado a mi refugio, y eso que está en un sótano malamente acondicionado entre apartamento y trastero, y tienen que bajar unas escaleras o atravesar un garaje y dos puertas.

Hasta este año había conseguido tenerlas encerradas en los pisos de arriba, no hay nada más molesto que una mosca posándose en tu mano cuando estas escribiendo.

Sueño a menudo con ellas, casi siempre pesadillas en las que me cubren por completo, nunca recuerdo si me hacen volar hacia lo desconocido o si de mi no queda nada, y me lo recuerdan en el desayuno.

No me extraña su persistente venganza, las he matado a miles este año, a cientos de miles durante toda mi vida, de una en una y confieso también que con armas de destrucción masiva.

Pero no les perdono que hayan invadido mi cueva.

¡No lo necesitaban!

Mi cuerpo se lo van a comer si o si, se lo he legado en mi testamento vital hace tiempo, les he dejado durante años su espacio, mientras no me molestasen cocinado, durmiendo o escribiendo, y no entiendo por qué han incumplido nuestro pacto.

Pero esto tiene que cambiar, tienen que salir de mi refugio.

No se si son antimonárquicas, o si tienen una nueva líder revolucionaria, pero tienen que entender que hay limites que no se deben sobrepasar.

He decidido no intentar dialogar con ellas, parece que no entienden el primer artículo de nuestras "Reglas Constitucionales": -“Si no me molestas, no te mato”-, se han convertido en "Kamikazes Terroristas" que llegan en oleadas, siempre en el momento mas inoportuno, y eso no lo voy a consentir.

Voy a devolverlas al lugar que les corresponde, porque he descubierto su secreto.

¡Las Moscas Duermen!

Y yo puedo estar sin dormir, observándolas todas las horas de todas las noches. Mientras nadie de vuelta a mi reloj de arena.

Creo que ya he identificado a su líder y me he hecho un mapa de sus hábitos nocturnos. Incluso de sus intempestivos revoloteos libidinosos. 

Este jueves paso al contrataque, las voy a cazar una a una, y las voy a meter en una bolsa sin hacerles daño, y las voy a soltar en la oficina de Google, igual si se quedan un tiempo, les dan una idea para un nuevo logotipo.

Espero que las moscas no sepan leer, o por lo menos que no sean capaces de ir más allá de 140 caracteres. Sobre todo que no sepan volver, de imagen a enlace, desde donde las suelte.

Y que se vayan por fin de mis pesadillas, que tengo cosas más importantes a las que dedicar mis miedos.

Tengo otros sueños.


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