Nació de
izquierdas en el país equivocado.
Cuando tuvo certeza de su contagio se dejó llevar por el miedo,
pero pudo más
en ella la justicia.
Fabricó una pancarta falsa,
y esperó en primera fila,
los abrazos
del líder al que odiaba.
Su escupitajo dio en el blanco,
siempre fue
un bocazas.
Ahora compartían
algo.
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Pero sobre todo no te vayas, sin saludarme,
pensaría que soy un mal anfitrión.